V de Vendetta se inscribe claramente en la línea de las novelas 1984 de George Orwell, Un mundo feliz de Aldous Huxley, dos obras que presentan la rebelión de individuos frente estados totalitarios que controlan todos los aspectos de su vida y pensamiento en una hipotética sociedad no tan lejana. Como ellas, V de Vendetta se sitúa en un escenario futurista (en el momento de su realización, 1997 estaba 15 años en el futuro) y tiene un mensaje de profundidad política de fondo.
“V de Vendetta” es una película básicamente romántica, en el sentido de que propone una idea de revolución casi nos-tálgica, más influenciada por aquel visionario libro de Orwell que por la observación filosa y verdaderamente comprometida de los mecanismos actuales de dominación y opresión.
Más allá de estos puntos, la película logra evolucionar de manera envolvente y atrapante. Las imágenes irradian una atmósfera casi siempre inquietante, y cuando no, al menos entretenida. Ya sea por la fuerza de los personajes centrales. O por la eficacia narrativa de la fusión entre añoranza de ven-ganza, por un lado, y anhelos de liber-tad y cambio social que motorizan al desarrollo de la historia.
La ironía de V de Vendetta es que la sociedad en ella sólo cambia porque V los lidera, los empuja y los lleva a hacerlo. Por eso la historia tiene tantas facetas, por un lado habla sobre el valor de la anarquía mientras muestra que la anarquía no funciona en realidad porque se necesita un líder para que se hagan las cosas ... .
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